sábado, 27 de octubre de 2007

Liquidar a su personaje, un derecho de autor


Recordarán el intento de Sir Arthur Conan Doyle de asesinar impunemente a Sherlock Holmes, más encima tirándolo de un barril por el Niágara, si mal no recuerdo. Un bochornoso episodio, ergo, tuvo que resucitarlo ante el clamor de sus lectores.

Ese y otros casos similares, me lleva a pensar que crear un personaje es todo un logro, pero deshacerse de él cuando el autor estima que éste ha cumplido su ciclo vital, es casi imposible.

Comenzaré ad ovo en el proceso creativo, imaginando al autor frente a su hoja en blanco desde la noche del tiempo: un papiro, un pergamino, un papel, una hoja de texto en Word… y el silencio, el reloj haciendo un tic tac inexorable, el editor presionando, y el blanco… terrible experiencia… Y de pronto, aparece el personaje, y al autor, que ignora que sólo es un médium, le da por imaginar que realmente lo creó él, pero tengo mis dudas.

Porque, aunque un personaje es un indiscutible ente de ficción, llega a habitar directamente al mundo, uno igual al nuestro, pero de ficción. Y sin embargo, paradojalmente real, porque existirá para siempre en la mente de quienes los recuerden, incluso superando la muerte material de su creador y brindándole la eternidad que buscaba cuando comenzó a escribir.

Es un conocido tópico ontológico afirmar que los seres y las cosas existen mientras las pensemos. Eso permite que los sustantivos abstractos, inasibles por naturaleza, sean tan reales como los sustantivos comunes y concretos. De lo cual se infiere que Donald es eterno, mientras exista alguien que nombre al pato en cuestión, mientras Disney duerme su sueño de hombre con los días contados. Lo mismo Odiseo; Puck; El Quijote; Don Juan, y Augusto, quien además tuvo la toupé de desafiar a Unamuno.

Al parecer los personajes viven para siempre, adquieren voz propia y a veces sus voces se hacen insoportables para su autor; se vuelven insolentes y contestatarios en un parloteo sin fin, mientras los lectores y sobre todo las editoriales piden más, y más, como vampiros de biblioteca, y el autor comienza a ser literalmente exprimido en su esencia vital para dar más vida y más acontecimientos al personaje.

No debemos extrañarnos, ser escritor es menos romántico de lo que piensa la mayoría, y si ya es una novela traer hijos al mundo, imagínense ustedes parir personajes, llenos de defectos, obstinados en sus obsesiones, moviéndose en un tiempo y espacio dúctil, practicando por su cuenta la libertad de expresión, y más encima, engolosinados con la vida y negándose a morir.

Marcela Adaros R.

Profesora de Estado en Castellano y Filosofía

Doctora en Educación

Escritora (Coquimbo)

YANETTE SEPÚLVEDA Y SU ANTOLOGÍA POSTUMA















Yannete Sepúlveda era profesora y al momento de fallecer ejercía la docencia en la comuna de Empedrado. Su muerte a los 29 años provocó un impacto regional y resultó especialmente dolorosa para su familia y amigos de la Sociedad de Escritores, en la cual participaba activamente.

Sus textos inéditos fueron entregados por su familia al periodista Gabriel Rodríguez. Acaba de aparecer publicado el texto " Entraré en la Muerte y otros textos" que contienen una selección de poemas de Yanette, realizada por el poeta Mario Mlendez con la colaboración de Homidio Opazo.

La edición viene a poner un poco de justicia para la obra de la joven poeta sanjavierina. El libro concluye con el poema "Entraré en la Muerte".

Entraré en la / con un silencio de extranjera herida.../ Entraré en la muerte/ con el alma empapada de sudor/ por el costado emigrarán/ todas las puertas / que no pude tocar / y las algas de mis ojos / aún dormirán / sobre mis pies helados."


domingo, 7 de octubre de 2007

Periódico Literario y de Arte para la región del Maule

SOBRE LA CREACION Y FINALIDAD DE “CUADERNOS DEL MAULE”

Periódico Literario y de Arte para la región del Maule

Cierta vez le preguntaron a Juan Rulfo sobre el desafío de la creación y respondió lo siguiente...“Desgraciadamente yo no tuve quién me contara cuentos; en nuestro pueblo la gente es cerrada, sí, completamente, uno es un extranjero ahí.

Están ellos platicando; se sientan en sus equipajes en las tardes a contarse historias y esas cosas; pero en cuanto uno llega, se quedan callados o empiezan a hablar del tiempo: "hoy parece que por ahí vienen las nubes..." En fin, yo no tuve esa fortuna de oír a los mayores contar historias: por ello me vi obligado a inventarlas”.

Mucho de lo descrito, anteriormente, tiene que ver con la génesis y parto de este periódico para la Región del Maule, algo parecido a inventar cuentos y levantar imágenes que nos lleven a descubrir y vivir los mitos de nuestra prolífica zona literaria y artística.

Dar vida a un producto en este mundo mercantil y hedonista, es una osadía mayor y se refuerza y cobra valor meritorio, porque esta quijotada para los usuarios es costo cero... Una sonrisa, la sencilla palabra de aliento nos permite, a este grupo de Quijotes, sentirnos satisfechos y contentos.

La finalidad no es otra que abrir puertas, puertas libres y anchas a quienes deseen participar de este hito. Su sencillez y blanca edición no promete revoluciones, ni cambios a un mundo que se resiste a ello, sin embargo aspira a dejar una huella, un sendero por donde transite el hombre libre y vea en esta hoja impresa que sus anhelos y utopías pueden retratarse junto a muchos soñadores más.

Las palabras se dan bien, para enfrentarse a hechos desagradables creando un mundo alternativo que no necesariamente debe ser privado o institucional. La palabra escrita cuando está motivada por la aspiración y el sueño, nos permite crear el mito en nuestro diario vivir.


Queremos permanecer en el tiempo. Triste es el final de los buenos proyectos que mueren a pocos días de su aparición. Pero, más triste resulta cuando la buena intención de este esfuerzo se diluye en el barril de la ácida apatía. Esperamos que esto no suceda, el entusiasmo y carisma nos energiza y potencia cada vez con mayor horizonte y es nuestro propósito servir de referente y sendero a todos quienes deseen acompañarnos.

Si hemos de morir tarde o temprano, no debemos ahorrarnos en la lucha por dejar nuestras huellas en nuestra amada región del Maule.

Alberto Navero

Talca, septiembre 28 de 2007

sábado, 6 de octubre de 2007

Leonardo Villarroel Lobos


Poeta talquino por adopción, nace en 1930 en Putaendo. Los años de su adolescencia y la continuación de sus estudios lo habrán de llevar a los Seminarios de San Felipe y Santiago. Escribe desde los 17 años alentado por su participación en distintas academias literarias. Su primera aparición en un medio de prensa fue en las páginas del diario Ilustrado, 1952. Sus publicaciones: “Cardopalabras”, Premio de la Sociedad de Escritores de Talca 1988; “Los no de algunos porqué...” (1991); “Sonetos para soldados y canto a la tropa que pasa” (1991); “102 sonetos y un solo país” (1994): “Huinquilemu” poema extenso (1994), y “Un barrio entre páginas”.

Su vida profesional siempre estuvo ligada al servicio de su asignatura, el castellano, y ha sido columnista habitual del Diario El Centro, séptima región, desde su fundación. Más allá de su compromiso poético, permanece ceñido en su quehacer literario al hombre y su libertad. Desde su refugio “El almendral” nos saluda y regala estos versos para disfrute de nuestros ávidos lectores.

EL BESO

Mariposa del alma, tensa ya en la mirada,

trozo de luna blanca sobre la greda fresca,

sílaba del aceite y palabra no gustada

o quizás si por gustada nunca envanecida,

abeja herida sin par por la corola abierta,

silencio de paso en palabra jamás hablada,

gaviota de alguna ola en la noche detenida,

vuelo a punto en línea de oscuridad al alba,

pétalo de espuma aprisionado en red vacía,

vilano del horizonte en bandadas que pasan

y en la voz del tiempo siempre la misma semilla,

farol encendido en calle nunca caminada,

beso no pensado en la frente pregunta tibia

o corpiño sin broches en copa no trizada,

la misma oleaje, brisa cintura y vendimia,

la del pie descalzo al borde de huella en la playa,

la del cuerpo, arena, al viento, sal y viento el alma

en tanto el beso puro, invisible y palpitante,

voz de papel a la deriva en curso ondulante,

vacila antes de precipitarse en la cascada.

“De un árbol tal vez sus ramas mis calles

y de ellas verdes ventanas sus hojas

viendo pasar por la tierra sus sombras

al paso del sol cruzando mis valles”

De “102 sonetos y un solo país”



Cuando una obra es expuesta, pierde su punto fuerte


El arte contemporáneo desde la mitad del siglo XX en adelante se vuelca sin rendición al ser humano, en todos sus actos...es decir, el ser humano se ha vuelto obra nuevamente...

Digo nuevamente pues si se observa al buen Vincent van Gogh (30 de marzo de 1853 - 29 de julio de 1890 ), no solo es la técnica del dibujar con el tubo lo que muestra de su trabajo algo rupturista, conmovedor y lleno de expresión, es por sobre todo el hecho de incorporar a los seres humanos abandonados por la pintura decorativa: el cartero, los campesinos en oración y en la cena frugal, los mismos durmiendo luego de la dura jornada, los presidiarios, el vendedor de óleos...

Este hecho que pareciera normal en la historia del arte, el de la incorporación de la existencia, no lo es si observamos la profusión con que se abusa del acto experimental en el arte contemporáneo, donde en muchas ocasiones solo se pretende ocultar una escasez de ideas, conocimientos y procesos para una real investigación y experimentación.

La experimentación como producto del análisis y la investigación, de un momento, situación o conjunto de eventos relevantes, viene en poner sobre todo en tela de juicio verdades y dogmas.

Así el “Arte Povera” (Arte Pobre, Italia 1967), por citar un ejemplo pone en entredicho la validez del arte cuando este se transforma en objeto suntuario y de consumo para nuevos ricos y grupos ascendentes que buscan en el, acceso a grupos intelectuales.

Sin embargo la experimentación fundamentada, nos acerca al reconocimiento efectivo de nuevas posibilidades creativas o constructivas no solo desde los materiales sino también desde el observador, cuando a este se lo increpa, provoca o responde, haciéndolo “parte de la obra”.

La idea de integración del espectador a la obra, contiene como podrán suponer el relevar el acto puramente asimilador por un estado sensible o sensibilizado haciendo del disfrute de las manifestaciones creativas una cuestión analítica que nos construye destruyendo dogmas.

A manera de conclusión, la carencia de vanguardias artísticas, no se extrañan únicamente por lo aburridas, monótonas y evidentes que resultan algunas bienales de arte, sino por esa capacidad de releer y revelar a unos cuantos malos imitadores de la experimentación más pura y libre.

Fulvio Fernández M.

Artista Visual


http://www.celtibbero.blogspot.com/